Muy a pesar de que hay cientos de miles de personas dedicadas a evangelizar y a trabajar en pro del medio ambiente, siguen existiendo especies en peligro de extinción. Las razones las conocemos de sobra; entre ellas destaca la destrucción que hacemos al hábitat de estos animales.
Una vez más nos sumamos a la prédica. Queremos, como muchos, salvar al planeta y evitar la reducción de la diversidad en nuestra Tierra. Como una imagen sigue valiendo más que mil palabras, vean por ustedes mismos, queridos lectores, la belleza de lo que la especie humana se ha propuesto destruir.
Cada historia es de un relato del fotógrafo profesional de National Geographic, Joel Sartore
Oso Grizzly, Ursus arctos horribilis; población cercana 1,500. Zoológico del condado Sedgewick, Wichita, Kansas. Sartore: “Este oso que ven no está domesticado; sólo que tiene hambre. Mis amigos del zoológico del condado Sedgewick enWichita me permitieron pintar una celda de exhibición con pintura blanca no tóxica y llevaron allí al oso. Éste se mantuvo en el centro del cuarto en espera de bocadillos por su buen comportamiento. Yo realicé la toma a través de las rejas del cuarto. Tan pronto terminamos la toma, limpiamos las paredes y el piso para remover la pintura. Misión cumplida.”
Ratón de la playa de St. Andrew, Peromyscus polionotus peninsular; población ≤ 6,000; Panama City, Florida. Sartore: “Los ratones de playa son antropomórficamente lindos -son lindos y fáciles de amar- a menos que usted sea un desarrollador de bienes raíces, pues entonces será molestado cunado le soliciten que conserve el hábitat de estos animalitos. Fotografiarlos es tan difícil como salvarlos. Los ratones nunca dejan de moverse y lo hacen tan rápido que no los puedes seguir con un lente macro, menos aún mantenerlos en foco.”
Cóndor de California, Gymnogyps californianus; población 356; Zoológico de Phoenix, Phoenix, Arizona. Sartore: “Esta especie por poco desaparece, pero ahora hay más de 300 cóndores vivos, y algunas de estas aves vuelan libres otra vez. El ave que ven en esta toma es conocido simplemente como Macho #50. Él solía volar libremente hace tiempo, hasta que en una colisión con el puente Navajo de Arizona se dislocó su ala derecha a la altura de la muñeca. Él ha servido para propósitos educativos desde entonces, empezando con esta fotografía.”
Conejo pigmeo de las dársenas de Columbia, Brachylagus idahoensis; población 0; Zoológico de Oregon, Portland, Oregon. Sartore: “Bryn, la conejo pigmeo, murió en 2008, y con ello finalizó su línea genética. Esta subpoblación perdió su hábitat de salvia cuando la tierra se usó para la agricultura. Las características clave del material genético de Bryn sobreviven en conejos pigmeo híbridos. Los programas de alimentación y reintroducción suponen una esperanza para su especie.”
Mosca Amante de las Flores de las arenas de Dehli, Rhaphiomidas terminatus abdominalis; población, menos de 1,000; Colton, California. Sartore: “Me tomó cuatro meses y medio tomar esta fotografía. Ése era el tiempo de espera para obtener el permiso especial de manejo que era necesario por el Servicio de Pesca y Vida Salvaje de EU. El día escojido, con varios agentes federales presentes para ver el espectáculo, un manipulador de insectos federal llamado Ken Osborne se preparó para atrapar una sola mosca sin lastimarla. Nuestro permiso sólo abarcaba atrapar una sola mosca, así que si ésta era lastimada o volaba alejándose antes de que yo terminara la toma, sería nuestra mala suerte. Ninguno de nosotros durmió un solo pestañeo la noche anterior. Neither of us slept a wink the night before. [El biólogo Ken Osborne] fue capaz de encontrar una mosca, atraparla y correr con ella a mi estudio fotográfico, una camioneta GMC Yukon arropada con sábanas de cama. Sedó a la mosca con gas CO2 y luego dejó que despertara unos segundos más tarde cuando ya estaba en mi escritorio forrado con terciopelo negro. Para nuestra sorpresa, se mantuvo quieta ahí y me dio varios minutos para poder realizar la toma. Ken después, gentilmente, la encerró en un frasco y la llevó adonde la encontró y entonces todos la vimos alejarse.”
Ocelote, Leopardus paradalis. Población 195, Zoológico de San Diego, San Diego, California. Sartore: “La clave de fotografiar bien cualquier cosa es tener tiempo y un acceso. En el caso de este ocelote, tuvimos acceso al único espécimen que sabemos está entrenado para caminar con correa. De esta manera pudimos tener 8 minutos para realizar esta fotografía.”
Lobo Gris Mexicano, Canis lupus baileyi; población 392; Centro de Caninos Salvajes, Eureka, Missouri.
El fotógrafo profesional de National Geographic, Joel Sartore, inició su carrera como un proyecto personal, retratando animales y plantas en peligro de extinción en Norteamérica. Su trabajo creció a lo largo de las décadas.
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